Para evitar incurrir en cesión ilegal de trabajadores dentro de un grupo de empresas, es fundamental que la relación laboral sea clara y transparente. Una opción adecuada es establecer un contrato único con la empresa matriz, que incluya una cláusula específica en la que se prevea que el trabajador puede prestar servicios en las distintas empresas del grupo. Esto debe estar claramente estipulado en el contrato de trabajo, asegurando que el trabajador está dado de alta en el código de cuenta de cotización de la empresa matriz, pero puede realizar sus funciones en cualquiera de los centros de trabajo de las demás empresas del grupo.
Esta práctica es reconocida como válida (entre otras, sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, de 11 de julio de 2005) siempre que se deje constancia por escrito y se respeten los derechos laborales del trabajador, como la antigüedad y las condiciones salariales.
Además, es importante revisar si esta estructura afecta a nivel fiscal, ya que podría requerirse que el trabajador tenga un contrato a tiempo parcial en cada empresa.