Sí, en este caso tendría sentido recurrir a un contrato fijo discontinuo. La naturaleza del trabajo que describes encaja con las características que definen al contrato fijo discontinuo, especialmente en situaciones donde existen periodos de actividad alternados con periodos de inactividad claramente delimitados.
La intermitencia y discontinuidad en la prestación del servicio, condicionada por el avance de los trabajos de otra empresa, justifican el uso de este tipo de contrato. Además, esta modalidad contractual permite a la empresa gestionar de manera eficiente las exigencias de mano de obra que varían a lo largo del tiempo, adaptándose a las necesidades reales del proyecto en la provincia de Cantabria, sin tener que recurrir a sucesivos contratos de duración determinada.
De este modo, los trabajadores pueden ser llamados para prestar servicios en los periodos en los que efectivamente se requiere su intervención (por ejemplo, una vez que la cimentación esté lista) y estar en inactividad (sin prestar servicios y sin que se les deba salario) en los periodos en los que no es necesario su trabajo. Esta modalidad contractual también brinda una cierta estabilidad laboral a los trabajadores, al mantenerlos vinculados a la empresa durante la duración de la obra, aunque no estén trabajando de manera continua.
Además, el contrato fijo discontinuo se ajusta al sector de la construcción, en el que es común que la demanda de trabajo sea variable y dependa del avance de las obras.