Todos los años contratamos a dos jardineros como refuerzo del equipo de jardinería para la temporada de primavera-verano cuando existe mayor carga de trabajo. Los contratos duran siempre 6 meses y su fecha de inicio es inmediatamente después de Semana Santa.
Si el trabajo se repite año tras año, ¿debemos hacerle fijo-discontinuo?
Si el trabajo de los jardineros se repite cada año durante la temporada de primavera-verano, es recomendable considerar la opción de hacerles un contrato fijo-discontinuo.
Según la normativa vigente, cuando una actividad se repite anualmente y tiene un carácter cíclico o de temporada, como es el caso de la jardinería en primavera-verano, se puede entender que la necesidad de trabajo es permanente. En estos casos, el contrato fijo-discontinuo es una modalidad adecuada, ya que permite que los trabajadores sean llamados para trabajar durante los periodos de actividad y estén en inactividad el resto del año, sin que esto implique la finalización de la relación laboral. Además, este tipo de contrato es beneficioso tanto para el empleador como para el trabajador, ya que proporciona estabilidad laboral y permite al trabajador acceder a prestaciones por desempleo durante los periodos de inactividad.